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Periódico

  • Foto del escritorZector 51

La vez que BRONCO cimbró el Estadio Azteca con su concierto del adiós en 1997


La banda integrada por Lupe Esparza, Ramiro Delgado, José Luis y Javier Villareal, lograron lo que muy pocos hicieron en su carrera, llenar el coloso de Santa Úrsula el día que se despidieron para darle paso a otra etapa.


Los integrantes de Bronco estaban en pleno apogeo, su influencia no sólo se podía escuchar en la radio o en los discos, también se podía ver en telenovelas junto a otra reina de aquel entonces, Selena Quintanilla en "Dos mujeres un camino" y además en el cine con su propia película sobre su vida.

Cabe resaltar que Bronco era un fenómeno mediático difícil de igualar o superar, entre sus logros ya se podía contar con llenos totales en la Plaza México y con una gira exitosa por México, Estados Unidos, centro y parte de Sudamérica.


Desafortunadamente las cosas entre la banda y sus representantes no iban tan bien, razón por la que en 1997, el grupo decidió separarse para darle cabida a otros proyectos como la salida a la luz del llamado Gigante de América, nombre con el que se conoció después a la banda por el pleito legal por el nombre Bronco.


Más allá de aquellos pleitos, el grupo decidió cerrar su carrera (en ese entonces) de forma magistral con un magno concierto en el recinto más grande de todo el país, mismo que antes ya habían llenado figuras como Madonna, Michael Jackson o Elton John, pero ninguna luminaria mexicana, salvo Julio César Chávez.


El público lloró junto con ellos su despedida

Con una gama de éxitos bajo el brazo, Bronco se montó en el escenario del Azteca tocando sus más grandes éxitos que le dieron fama y fortuna a lo largo de más de 10 años de carrera (hasta entonces).


“Sergio el bailador”, “Adoro”, “Que te han visto llorar”, “Oro”, “Con zapatos de tacón”, “Amigo Bronco”, “Los castigados” y “Que no quede huella”, formaron parte del set-list de su despedida en aquel diciembre de 1997,


El público integrado por hombre, mujeres y niños, aplaudió y se emocionó con la despedida (parcial) de su grupo favorito, y lloró junto con ellos, cuando el Mariachi 2000 de Cutberto Pérez, entonó los acordes de “Las Golondrinas”, con el que el grupo cerró aquella primera etapa, hasta que 20 años después, pudo retomar junto con el nombre original, para devolverle la vida a uno de los grupos más carismáticos de música regional mexicana de todos los tiempos.

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