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  • Foto del escritorZector 51

James Cameron revela que sabía de la implosión del submarino desde el lunes


Hace casi tres décadas, James Cameron llevó su fascinación por el Titanic al cine en una icónica cinta que retrata la grandeza de su construcción, así como los acontecimientos que ocurrieron las horas previas a su naufragio, información que el director pudo conocer tras una exhaustiva investigación que se extendió por años.


Pero el cineasta ha llevado su pasión por el mítico barco más allá de la pantalla grande, pues ha realizado hasta 33 expediciones submarinas a los restos de la embarcación en el fondo del Océano Atlántico.

Su pasión por la inmersión marítima le ha llevado a adquirir un profundo conocimiento del tema, por ello, en cuanto se enteró de la desaparición de la cápsula Titán, el también ingeniero recopiló toda la información posible, lo cual lo llevó a predecir el peor escenario desde el pasado el lunes, el mismo día que comenzaron las operaciones de búsqueda y rescate.


Y es que dado los primeros reportes, para James la única explicación posible era la implosión del sumergible, tal como las autoridades pudieron constatar el jueves luego de localizar algunas piezas principales de la cápsula, un hallazgo con el que se confirmó el fallecimiento de los cinco tripulantes que iban a bordo.


En una entrevista con Anderson Cooper, de CNN, James externó su tristeza ante lo sucedido y mencionó que el día de la desaparición de la cápsula él se encontraba en un barco, no fue hasta el lunes que llegó a sus oídos la preocupante noticia.


“Quiero decir que, obviamente todos estamos un poco desconsolados por el resultado de esto. Y llevo unos días viviendo con ello al igual que algunos de mis otros colegas de la comunidad de inmersión profunda. Yo también estaba en un barco cuando ocurrió el suceso el domingo. La primera vez que oí hablar de ello fue el lunes por la mañana”, dijo el director, quien mantenía una amistad con uno de los tripulantes fallecidos, francés Paul-Henri Nargeolet, con quien compartía su fascinación por la exploración.


El cineasta, que también se ha destacado como diseñador de sumergibles, indicó que tras enterarse de cómo sucedió la desaparición temió lo peor: “Me conecté inmediatamente a mi red, porque es una comunidad muy pequeña de un grupo de inmersión profunda, y encontré algo de información en media hora de que habían perdido las comunicaciones y el rastreo simultáneamente.


El único escenario que se me ocurrió que podía explicar eso era que se trataba de una implosión, una onda de choque tan poderosa que destruyó un sistema secundario que tiene su propio recipiente a presión y su propia fuente de alimentación de batería, que es el transpondedor que la nave utiliza para rastrear dónde está el submarino. Así que en ese momento estaba pensando en una implosión, en ese lunes por la mañana”.


El director agregó que tuvo acceso a información al parecer de una fuente de la milicia, que le hizo comunicar su peor presagio posible a la comunidad de sumersibles de la que forma parte: “Volví a contactar a otras personas y busqué información, que probablemente era de origen militar aunque podría haber sido investigada porque hay hidrófonos en todo el Atlántico, y me confirmaron que había algún tipo de ruido fuerte consistente con un evento de implosión. Eso me pareció una confirmación suficiente como para hacerle saber a todo mi círculo íntimo de personas que habíamos perdido a nuestros camaradas. Y animé a todos a que levantaran una copa en su honor ese lunes”.


Esperando estar equivocado, James prefirió ser cauteloso y mantener su opinión en su círculo íntimo aún con la esperanza viva: “Luego durante los días siguientes vi a todos apresurándose y corriendo, buscando, sabiendo muy bien que era inútil y esperando contra toda esperanza que estuviera equivocado, pero sabiendo profundamente que no lo estaba.


Así que, desde luego, lo de hoy no fue una sorpresa”, señaló antes de expresar sus condolencias a los familiares de los cinco tripulantes, “Y lo siento mucho por las familias que tuvieron que vivir con todas esas falsas esperanzas que no paraban de crecer, ya sabes, por la forma en cómo se desarrolló”.


El director hizo una evaluación de los puntos débiles del sumergible Titán señalando que una de sus fallas potenciales habría sido el casco de fibra de carbón de la embarcación: "Hay tres posibles fallas y, con suerte, la investigación puede localizar exactamente lo que sucedió", dijo en entrevista para Good Morning America, "La ventana de visualización en el frente era una ventana de acrílico, me dijeron que estaba clasificada a menos profundidad de la que estaban buceando, lo cual es un punto.


También tenían dos esferas de vidrio en el submarino, pequeñas esferas de vidrio para flotar, lo cual es una mala idea (...) Si tuviera que apostar dinero sobre cuál será el hallazgo, el talón de Aquiles del submarino fue el cilindro compuesto que era el casco principal en el que se encontraban las personas".

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