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El piloto asturiano consiguió su podio número 98 en la máxima categoría del automovilismo en el reciente Gran Premio de Qatar. Su tercera posición final sorprendió a todo el mundo, ya que nadie esperaba que pudiese cruzar la bandera a cuadros entre los tres primeros al volante de su Alpine. No por el piloto, sino por el monoplaza.
Alonso salió desde la tercera posición después de clasificarse quinto y gracias a las sanciones de última hora de Verstappen y Bottas. Si bien es cierto que era una magnífica posición de salida, con pilotos como Verstappen, Pérez Bottas, Gasly, Norris o los dos Ferrari detrás de él, parecía prácticamente imposible imaginarse al piloto español en el podio al final de las 57 vueltas.
Para empezar, el ritmo del #14 de Alpine estuvo a la altura de sus mejores carreras en la F1 y volvió a ser como un auténtico reloj suizo, sorprendiendo a un Pierre Gasly que durante las primeras vueltas intentó seguir su ritmo sin éxito.
Eso, sumado al abandono de Bottas provocado por los daños en su coche a causa de un repentino pinchazo, junto a una segunda para en boxes de Pérez y un VSC final que le dio la vida, le dio a Fernando Alonso la oportunidad de subir a un podio de Fórmula 1 siete años después.
En todo ese tiempo, el piloto asturiano apostó por el proyecto de McLaren - Honda desde 2015 hasta 2017, una unión que prometía mucho en sus inicios pero que acabó explotando especialmente entre Alonso y el motorista japonés.
Tras la ruptura de McLaren y Honda, surgieron muchos rumores de que el principal culpable era Alonso, así como también varias hipótesis de supuestos vetos del fabricante al piloto español en la Indy 500.
En estos momentos y con el paso del tiempo, parece que esa atmósfera en la que la tensión llegó a cortarse con un cuchillo se ha enfriado. Ejemplo de ello fue la felicitación de Honda F1 Racing a Fernando Alonso tras conseguir su podio en el Gran Premio de Qatar, una tercera posición que además evitó que Sergio Pérez, uno de sus pilotos, completase el doble podio de Red Bull.