Una de las frases que más escuchamos es que los perros son los mejores amigos de la humanidad; sin embargo, no por su domesticación se han librado de la violencia, el maltrato e incluso del abandono.
Tan sólo en México el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) estima que el 69.8 por ciento de los hogares cuentan con mascotas ya sean canes, gatos u otras especies, es decir, que sólo alrededor de 80 millones de animales de compañía tienen techo, alimentación y acceso a la salud.
Es por ello que, tanto activistas como la sociedad influenciados por su amor al resto de seres vivos buscan todas las formas posibles de mantener a los animales callejeros en las mejores condiciones posibles.
Historias de rescates y adopciones de perros hay miles, y cada una de ellas ha tocado el corazón de muchos y es precisamente por ello que entre ciertos grupos crece el interés por mantener a los perros que viven en situación de calle de la forma más sana posible, ya sea al cuidarlos de las condiciones climáticas como el frío o el calor extremos y por supuesto de darles alimento y agua.
De hecho, en esta temporada en la que las altas temperaturas se hacen presentes es común ver en las calles los famosos comedores comunitarios para los lomitos que no tienen un hogar.
Sin embargo, el tema de los comedores comunitarios para perros suele causar controversia entre la ciudadanía porque quienes comen de ellos empiezan a marcar territorio; mientras que los expertos suelen advertir de problemas más serios y que pueden llegar a afectar la salud de los animales. ¿Pero qué hay detrás de todo esto?, ¿es o no sano ponerlos en funcionamiento? La doctora Claudia Edwards, quien ha trabajado de cerca con estos espacios, conversó con El Heraldo Digital sobre la problemática en general.
Comedores comunitarios, ¿ponen en riesgo la vida de los perros?
De acuerdo con la también directora de programas de Humane Society International México (HSI/México), el problema en sí no son estos espacios que sirven de mucha ayuda a los animalitos que no cuentan con un hogar, sino la forma en la que se suelen manejar.
Según lo que nos contó, no basta con poner croquetas y agua para dejarlos por días expuestos al sol, lluvia, viento, contaminación o incluso a personas con malas intenciones que pudieran envenenar a los lomitos, sino que quienes decidan ayudar a los animales callejeros deben de realizarlo de una forma integral y cuidando varios aspectos.
“Si tú haces esto esto con un programa de animales comunitarios, por ejemplo, en donde los animales se atrapan, se esterilizan, los que se pueden dar en adopción y los que no, ya sabemos que están esterilizados, que están vacunados, desparasitados, no hay ningún problema que compartan estos espacios de alimentación”, dijo.
Sobre lo anterior recuerda que uno de los principales argumentos en contra de estos espacios para la alimentación de los perros callejeros es que entre ellos se pueden llegar a contagiar de virus, bacterias o parásitos, eso sin mencionar que algunas mascotas que sí tienen hogar también pueden tener acceso a esta comida o agua y correr el mismo riesgo. A pesar de ello, la experta agrega que “no importa si fuera un plato o un charco, de todas maneras corren con el mismo riesgo” y es precisamente por ello que los comedores sí pueden llegar a funcionar si se siguen todas las medidas anteriores.
El claro ejemplo de ello es que después del terremoto en Turquía, en donde la doctora Claudia Edwards estuvo como voluntaria para ayudar a las mascotas, se instaló un sistema como este para alimentar e hidratar a perros, gatos y otras especies que fueron rescatados. En casos como estos y al llevar un buen control de si los animales están desparasitados, por poner un ejemplo, se reduce el riesgo de transmisiones y también facilita ver si alguno presenta problema de salud. Para esto último no sólo implica la clínica veterinaria, sino también lo que las personas responsables del comedor hacen para mantener la higiene.
“Yo tengo un poco de conflicto con mis colegas porque muchos creen que a la gente que pone platos de comida se les olvida, pero la verdad es que (no). Yo trabajo con alimentadores comunitarios y no es así. La gente sabe cuáles son los perros, a qué hora salen, a qué hora regresan, cómo se llaman, los tienen esterilizados, los perros se dejan manejar, algunos suelen ser un poco más renuentes, pero se puede poner el desparasitante en la comida y el animal lo toma”, destacó.
¿Cómo se pueden tener comedores de perros de forma responsable?
Para la doctora Claudia Edwards este tipo de espacios para la alimentación segura de los perros callejeros sí puede ser una realidad con un modelo integral como los que existen en Chile o Colombia; sin embargo, para ello resulta indispensable que primero se piense no sólo en una forma de darles de comer y beber, sino de mantenerlos sanos y de ser posibles de llevarlos a la adopción.
Es por ello que como consejo para todas aquellas personas o incluso establecimientos que les ponen croquetas y un cuenco de agua a los lomitos que viven en la calle, sobre todo en esta temporada de calor, la profesional recomienda no sólo tener una higiene impecable y lavar todos los días los recipientes, sino también comprometerse a una mayor organización que también involucre salud y adopción.
Buscar ayuda con veterinarios puede servir de orientación.
Organizarse con los vecinos que les gusten los animales para atraparlos, vacunarlos, esterilizarlos y los que son adoptables tratar de encontrarles un hogar; hablar con las personas a las que no les gustan los animales para que sepan que hay alguien que de manera responsable lleva el comedor.
Si además de los comederos de perros se instalan casitas improvisadas, lo ideal es ponerles sus cartillas de vacunación.
Establecer horarios de comida porque al dejar el alimento todo el día no sólo se expone, sino que los perros se pongan a la defensiva, sino también a evitar el desperdicio.
Solo servir las porciones para cada animal y así evitar los sobrantes de alimento que se pueden llenar de hongos.
Lavar los platos todos los días. porque además de la baba "se hace una especie de microfilm de bacterias abajo que es dañino".
Hay que poner agua fresca en un lugar en el que no le de el rayo del sol.
Al encontrar a un animal enfermo hay que llevarlo inmediatamente al veterinario.
Ponerles collares de identificación a los perros con los números de los responsables del comedero.
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