Al comenzar a estudiar un instrumento, desarrollamos muchas habilidades. Dentro de ellas está el ser más consciente de nuestra concentración, respiración, nuestro cuerpo y sobre el espacio en el que estamos.
Cuando un niño se mantiene así de concentrado es como si estuviera en una meditación, con la ventaja de que está también aprendiendo un nuevo lenguaje y desarrollando nuevas habilidades.
Al estar tensos o estresados por las actividades y presiones diarias del trabajo o la escuela, aumenta nuestros niveles de cortisol, también llamada la hormona del estrés.
Tener una rutina de estudio musical nos ayuda a balancear estos niveles y así mantenernos en armonía con nuestra cuerpo.
Es importante cuidarnos, ya que el estrés provoca daños en la salud física y emocional de los niños, así como sus relaciones con los demás. También baja las defensas, y les hace propensos a enfermedades más graves y riesgosas.
Acercarse a la música y aprender a tocar un instrumento ayudará a alejarse de pensamientos negativos, a relajarse y olvidar la rutina.
¡No esperes más y empieza a aprender un instrumento!
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