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  • Foto del escritorZector 51

Tecnología de última generación para salvaguardar vestigios arqueológicos en la ruta del Tren Maya


El Tren Maya representa el proyecto de infraestructura más grande de México, de la actual administración federal. Su ruta atraviesa los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, alcanzando cerca de mil 500 kilómetros.


El circuito ferroviario se encuentra geográficamente asentado sobre la península de Yucatán, una extensa plataforma de carbonatos emergida hace más de 10 millones de años.

La disolución de sus suelos, en contacto con las lluvias, ha formado distintos relieves conocidos como karst, que se advierten en cenotes, dolinas, cavernas, aguadas, etc., que en algún momento fueron parte del paisaje de la antigua civilización maya. En esta región se ubican importantes zonas arqueológicas como Chichén Itzá, Calakmul, Palenque, Uxmal y Mayapán, entre otras.


El proyecto de Salvamento Arqueológico U Lu’ umil Maaya Wínikoób del Tren Maya, a cargo de la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se inscribe dentro de las medidas de protección y rescate de asentamientos prehispánicos, con el objetivo de explorar, preservar y salvaguardar todos los restos que se encuentren en el área de influencia de la obra.


Para poder enfrentar el reto que supone hacer un salvamento de esta magnitud se elaboró un método de intervención compuesto por tecnología de percepción remota, que integró el manejo de LiDAR (Light Detection and Ranging), fotogrametría aérea con vehículos no tripulados (RPAS) y estaciones topográficas Real Time Kinematic (RTK), de última generación.


Cada día se recolectan grandes volúmenes de información que son almacenados en bases de datos gestionadas en Sistemas de Información Geográfica (SIG). Toda la información digital recuperada se concentra en un laboratorio central, donde trabajan especialistas en arqueología, urbanismo, ingeniería y geología.


Debido a la gran densidad de vegetación selvática y bosquífera que cubre la península de Yucatán se utiliza un sensor láser infrarrojo LiDAR, tecnología de vanguardia que penetra la vegetación de la zona y permite visibilizar y reconocer miles de rasgos arqueológicos en el área de impacto de las obras del tren y sus alrededores.


Hasta el momento, hemos logrado identificar cerca de 35 mil monumentos prehispánicos, entre los que destacan senderos, adoratorios, montículos, acrópolis y arquitectura doméstica. Gracias a esta información se obtuvo un diagnóstico preliminar de las características de los asentamientos prehispánicos en el área y, con ello, se pudieron establecer las estrategias de intervención.


Para avanzar en los trabajos de excavación el equipo de geomática, junto con el arqueólogo en turno, realizó un diagnóstico por segmento de tramo, en el que se determinó la viabilidad de continuidad de la obra. A partir de esta información se emitieron minutas y dictámenes en los que se señaló la cantidad de rasgos arqueológicos y su estado de conservación.


Los trabajos de excavación se realizaron en conjunto con un grupo de especialistas en fotogrametría y RPAS, para generar modelos tridimensionales de los hallazgos y de los estratos retirados durante el proceso de trabajo. Esto permitió registrar y preservar un conjunto de representaciones digitales con dimensiones reales de alta resolución y con precisión milimétrica.


Todos los objetos en campo, muestras de suelos y sedimentos encontrados en las excavaciones se registraron con un punto topográfico –con coordenadas XYZ– y una clave única. Está información se vació en un SIG para realizar consultas de datos más fácilmente.


Hasta la fecha hemos logrado intervenir alrededor de 4 mil 500 rasgos arqueológicos, en todos los tramos de la obra, que ayudarán a comprender la conformación del patrón de asentamiento de las diferentes regiones culturales prehispánicas, así como su interacción con el medio ambiente.


El análisis de materiales en gabinete se realiza de manera simultánea al trabajo de campo, mediante una metodología para clasificar las piezas y entender mejor la diversidad de interacciones que tuvieron los objetos con las poblaciones mayas. Algunas vasijas cerámicas tuvieron que ser microexcavadas y durante este procedimiento también se realizó la toma de fotogrametría y captura de puntos, como en las excavaciones en campo.


En el Laboratorio de Bioarqueología se analizó el material óseo recuperado y se propuso la utilización de modelos que logran proveer datos sobre las conductas humanas, mediante el estudio de los restos óseos.


Los trabajos de salvamento arqueológico en las obras del Tren Maya representan una gran oportunidad para investigar los procesos culturales que ocurrieron en el área maya. El circuito ferroviario constituye un transecto de muestreo, donde se han rescatado miles de datos para plantear nuevas preguntas sobre el sureste mexicano y su cultura.


Nuestra propuesta busca replantear algunos conceptos como región, área y territorio, a fin de entender de mejor manera cómo concebían su espacio los antiguos pobladores de lo que conocemos actualmente como área maya.

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