Si eres todo un Chavorrucos, con seguridad llegaste a escuchar una canción, de música disco, que citaba en reiteradas ocasiones la frase you make me feel mighty real. Puede ser que lo recuerdes o no, pero fue todo un "hitazo" a finales de la década de los años 70. El autor tenía una voz prodigiosa que desde entonces puso a bailar al mundo: Sylvester James.
En este mes del orgullo LGBTTTI+ vale la pena recordar a uno de los cantantes más famosos y populares de aquellos tiempos, donde no había tanta libertad ni se entendía a esta enorme comunidad. Él, como muchos otros, fue precursor del movimiento desde su trinchera.
Sylvester tuvo una infancia complicada por la ausencia de su padre, pero gracias a su abuela, logró encontrar su verdadera vocación. Entonces descubrió que el canto era lo suyo tras participar en la iglesia Church of God in Christ en Los Ángeles, donde llegó a ser conocido como "El Niño Maravilla del Gospel".
Sylvester da un giro radical a su vida
A pesar de este paso, cuando era un adolescente, Sylvester tuvo que huir de su casa; sin embargo, tiempo después logró viajar a San Francisco, donde él mismo llegó a citar que su vida comenzó a partir de este punto. Fue en este lugar donde consiguió entrar a la producción de "Women of the Blues", pero lo mejor para él vendría cuando se unió a un grupo de artistas llamado "The Cockettes", una tropa de sicodélicos drag queens.
Fue con este salto que Sylvester dio inicio a su carrera musical, la cual le dio muchas decepciones de igual número de satisfacciones. A pesar de tener varios discos, las canciones más sonadas siempre han sido "You Make Me Feel (Mighty Real)", "Dance (Disco Heat)" (1978) y "Do You Wanna Funk" (1982).
Hay que resaltar que el milagro de sus éxitos se originó en su voz; era barítono, pero era conocido por cantar en falsete. Asimismo, fue un pionero en la música Hi-NRG (estilo rápido de música electrónica de baile que tuvo sus orígenes en el Reino Unido) y como ya se mencionó, fue un músico declarado gay.
Aquellos que lo busquen en YouTube encontrarán que este bailarín y modelo tenía un gusto por los vestidos y pelucas de mujer. Incluso así aparecer en algunos de sus videos musicales mientras canta.
Se apaga la luz de una estrella y nace la leyenda
El ocaso de Sylvester llegó el 16 de diciembre de 1988, cuando tenía 41 años. Conocido ya como "La Reina del Disco" reconoció estar infectado de VIH y por consecuencia murió por complicaciones del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) a finales de la década de los 80.
"No creo que el SIDA sea la ira de Dios. La gente tiene una tendencia de culpar por todo a Dios", declaró Sylvester un año antes de fallecer. Su última voluntad fue legar sus regalías a la lucha contra el VIH.
El 19 de septiembre de 2005, el mismo Sylvester fue introducido al Salón de la Fama de la Música Dance por sus logros como artista.