La violencia se hizo presente en las tribunas del Johan Cruyff Arena de Amsterdam, donde se disputaba el clásico del futbol neerlandés, entre la escuadra local del Ajax y el equipo Feyenoord de Rotterdam.
El equipo local perdía por marcador de 3 a 0 cuando, en el minuto 55 y luego de que algunas bengalas fueron arrojadas por ultras del Ajax al campo de juego, el árbitro del partido decidió suspenderlo definitivamente.
Tras cuatro fechas de la liga neerlandesa, la afición del Ajax encaró el encuentro molesta por el desempeño de la oncena de Amsterdam, la cual marcha en el lugar 14, muy lejos de lo que se supone para el club más famoso de su país.
Las cosas comenzaron a ir mal en el clásico, cuando al minuto 9 el delantero mexicano Santiago Giménez aprovechó un centro de Quinten Timber. Cinco minutos después, el atacante anotó un doblete al aprovechar un despiste de la defensa ajaccied.
Los ánimos terminaron de caldearse con el gol, al minuto 37, del brasileño Igor Paixao, lo que provocó la primera lluvia de proyectiles desde la grada, hecho que motivó una suspensión parcial del encuentro.
Tras el paso por vestidores, y ante el peligro que representó el lanzamiento de bengalas desde algunos sectores del estadio, en el que solo había hinchas del Ajax, el árbitro del encuentro decidió suspender definitivamente el encuentro al minuto 55.
Insatisfacción y molestia
Para el entrenador de la escuadra que vence momentáneamente en el clásico neerlandés, Arne Slot, la suspensión del encuentro debido a la violencia en las gradas le produce gran molestia, a pesar de que su triunfo parece asegurado.
“Podemos estar satisfechos con la clasificación, pero es especialmente molesto que este partido termine así. De esta manera se nos quita la oportunidad de algo muy hermoso. Entendemos la decisión que se ha tomado, pero no sentimos una sensación de victoria por la suspensión. Por lo tanto, no subiremos al autobús satisfechos”, detalló Slot en conferencia de prensa.
Por otra parte, el Ajax de Amsterdam lamentó los sucesos ocurridos durante el partido, disculpándose por las acciones de los ultras, que incluso vandalizaron comercios en los alrededores del estadio.
“La decepción por el mal comienzo de temporada es completamente comprensible, pero nunca debería ser motivo de disturbios. Pedimos disculpas a cualquiera que se haya sentido inseguro o le haya molestado esto de alguna otra manera”, argumentó en un comunicado oficial.
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