Explorar la sexualidad cuando somos jóvenes resulta ser una tarea complicada para muchos; el mundo parece llenarse de opciones y la cantidad de información que recibimos por parte de familia, amigos o profesores suele ser limitada cuando de estar en pareja se trata.
El problema es que se supone que deberíamos de saber todo acerca del sexo incluso antes de tener pareja y de experimentarlo por primera vez; desde los besos que incitan a cosas nuevas, hasta los roces de piel que estimulan partes de nuestro cuerpo que nunca imaginamos.
Tal es el caso de los famosos ‘fajes’; quizás el primer acercamiento a las relaciones sexuales que tenemos durante nuestra juventud.
¿Qué es un faje?
Como decíamos, este es uno de los primeros acercamientos que tenemos al sexo durante nuestra juventud; básicamente se trata de una especie de relación donde no hay penetración, pero los cuerpos se rozan sin quitarse la ropa.
Hay besos apasionados, caricias que aumentan la tensión y la temperatura.
El término ‘faje’ es comúnmente usado en México para esta práctica; sin embargo, en otros países como España se le llama ‘enrollarse’ o en inglés ‘petting’, proveniente de ‘pet’ o mascota, por la similitud que tiene la acción con las caricias.
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Sexología, el faje es una de las muestras de afecto y cariño más populares entre los jóvenes del país; según algunos sondeos, es más común entre los 12 y 21 años.
Beneficios del faje
Si apenas estás descubriendo tu sexualidad, esta puede ser una gran herramienta para hacerlo a tu propio ritmo, especialmente si no estás listo para tener relaciones con tu pareja, pues no necesitas mucha experiencia para disfrutarlo.
Esto servirá para explorar tus deseos, tus gustos y diferenciar entre lo que disfrutas y lo que no para el momento en el que estés listo, puedas dar el siguiente paso en tu relación.
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