¿Te ha pasado que estás hablando con alguien y tu cerebro empieza a divagar, creando escenarios, momentos y situaciones que desvían tu atención?, es mucho más normal de lo que te imaginas y es que nuestro cerebro está en constante movimiento.
Incluso cuando dormimos, está creando conexiones nerviosas y cuando se minimizan los estímulos conscientes, mantiene una gran actividad que le permite estar preparado para volver a entrar en acción.
Dejar nuestro cerebro ‘en blanco’ es muy complicado y pocas personas pueden lograrlo; sin embargo, sí es posible enfocar toda la atención en una cosa específica y esto es lo que conocemos como mindfulness, o el arte de vivir conscientemente.
Los beneficios de practicar el mindfulness son muchos, no sólo en el ejercicio, si no en nuestra vida diaria. Una investigación publicada en la revista Journal of Internal Medicine reveló que practicar media hora de mindfulness diaria alivia los síntomas de trastornos psicológicos como la depresión, la ansiedad y el estrés.
Esto es debido a que tener conciencia plena, nos ayuda a estar en el aquí y el ahora, dejando de lado los pensamientos y emociones que nos hagan regresar al pasado y adelantar al futuro, generando una sensación de plenitud y armonía.
En Erre Barre trabajamos en llevar la atención a movimientos específicos del cuerpo, creando esa conexión perfecta entre mente y cuerpo, para que cada ejercicio esté realizado con una conciencia profunda, no sólo hacer ejercicio por hacerlo, si no que cada movimiento tenga una razón de ser.
Llegar a este punto sin duda no es fácil, pero los resultados son increíbles, ya que aprenderás a escuchar tu cuerpo, a poner atención en lo que te quiere decir, y a disfrutar del momento.
Llegar a este punto no es fácil, pero aquí te dejamos unos tips para que puedas empezar a trabajar el mindfulness en tu vida diaria y después poder ponerlo en práctica durante tus clases de Erre Barre o el ejercicio que realices.
1. Practica tu respiración
Una de las formas más utilizadas en la técnica mindfulness se basa en llevar la atención a la respiración. Has inhalaciones profundas dejando entrar aire a tu vientre, sostenlo unos segundos y después sácalo por la boca o la nariz. Repite este proceso durante unos minutos.
2. Controla tus pensamientos
Durante tus ejercicios de respiración, es posible que tu mente empiece a perderse, llevando tu pensamiento a tus pendientes, tus recuerdos, incluso tus sueños. Cuando te des cuenta de esto, oblígate a regresar tus pensamientos a tu respiración, visualizar cómo entra el aire a tu cuerpo y las sensaciones que esto provoca, te ayudará a mantener la atención más activa.
3. Pon atención a lo que pasa en tu alrededor
Practicar el mindfulness no sólo es posible a la hora de meditar, en realidad lo puedes hacer en cualquier lugar y momento del día, y la mejor manera de hacerlo es al ser consientes de lo que pasa a tu alrededor, un ejemplo es que al despertar, en lugar de tomar tu celular, escuches los sonidos que hay en tu entorno, pregúntate cómo se siente tu cuerpo, ¿está tenso?, ¿está tenso?, ¿tienes alguna molestia muscular?, ¿sientes frío o calor?, al hacerte todos estos cuestionamientos, te darás cuenta de las sensaciones por las que está pasando tu cuerpo.
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