Sus palabras se han vuelto proféticas. Se le conoce como Nostradamus, pero su verdadero nombre fue Michel de Notredame, y fue quien en el siglo XVI hizo una serie de predicciones, algunas cumplidas y otras muy erradas, acerca de lo que le depararía al mundo y la humanidad en los próximos años y siglos.
Se cree que nació el 14 de diciembre de 1503 en la Provenza francesa; su padre fue un notario adinerado que pudo costear sus estudios de la biblia, los primeros rudimentos de alquimia y astrología, en Aviñón. En 1520 el contexto de Europa se volvió convulso por la peste negra que asoló a muchas ciudades.
Nostradamus tuvo una vida complicada
Al poco tiempo se desataron hambrunas y una guerra entre Francia y España. En este período, Michel de Notredame aprovechó para viajar por el país recabando nociones de botánica, remedios caseros y recetas de cocina. Más tarde, en 1529, ingresó en la Universidad de Montpellier para formarse en medicina.
Tras la muerte de su esposa e hijos a causa de la peste, Michel ejerció como médico, profesión que desarrolló con excelencia, su trabajo era aclamado en diversos sitios e incluso formuló un remedio para prevenir la transmisión de la peste, aunque en la actualidad no se sabe si en realidad fue efectivo o no.
La llegada del profeta
En 1550 se casó de nuevo y abandonó la medicina, Por ese entonces ya tenía 47 años, fue entonces cuando latinizó su nombre para dar la impresión de que era un sabio, como los clásicos filósofos y comenzó a escribir, principalmente poesía y sus obras proféticas. Para 1555 sus tomos comenzaron a popularizarse.
En realidad en su tiempo no fue considerado un visionario, porque los almanaques con profecías estaban de moda en esa época y cumplían una función: calmar los espíritus atribulados de nobles y campesinos que veían con pesar el futuro, por las pandemias y las guerras constantes.
Tuvo una forma de escribir oscura y premeditadamente confusa, que dio como resultado una serie de profecías de muy difícil comprensión que hablan hasta del fin del mundo, que supuestamente ocurrirá en el año 3797. Las interpretaciones que muchos hacen de los escritos de Nostradamus son varias y casi nunca coinciden.
Murió en 1566, a los 62 años, tal como él mismo predijo. Su fama le ha sobrevivido hasta nuestros días. Algunas profecías todavía están por cumplirse. En realidad no se sabe cómo es que “obtenía” su conocimiento o visión del futuro y muchos escépticos consideran que todos sus aciertos son mera casualidad.
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