No sufras con las hemorroides y evita la cirugía

Las hemorroides o almorranas, son estructuras vasculares que forman parte del conducto anal, y que al hincharse, estas estructuras producen serios malestares en la persona que los padece.

Aunque son muy comunes, por pena, muchos de los pacientes evitan acudir al médico y en cambio suelen automedicarse con pastillas, supositorios o remedios caseros que pueden representar un peligro para la salud; pues a falta del tratamiento adecuado, las hemorroides pueden agravarse y causar desde infecciones hasta coágulos en el organismo.

En México, y según datos del Hospital General, el cinco por ciento de la población presenta síntomas relacionados con las hemorroides; y aunque suelen aparecer entre los 20 y 50 años de edad, tres de cada cuatro adultos pueden llegar a desarrollar un problema hemorroidal.

Existen varios mitos alrededor de las hemorroides, como que aparecen por la comida picante o sentarse en lugares calientes; sin embargo las causas pueden ser muchas y muy diversas: factores hereditarios, diarrea crónica y estreñimiento, permanecer sentado mucho tiempo, no tomar suficiente agua y falta de fibra, por el envejecimiento, incluso muchas mujeres embarazadas las padecen.

Lo más recomendable ante un cuadro hemorroides es acudir al médico, y aunque hasta el momento la cirugía es la solución más eficiente para combatirlas, también existen varios tratamientos que evitarán que el problema se agrave:

• Baños de asiento con agua templada: puedes hacer este tipo de baños por 20 minutos al día con plantas medicinales, como hamamelis o Ginkgo biloba, que ayuda a descongestionarlas.

• Infusiones o jugos: La manzanilla y los jugos de nopal con naranja, apio y agua diariamente, por 20 días, ayudan a la circulación sanguínea.

• Aplicar pomadas tópicas: Que sean anestésicas para adormecer la zona o descongestivas para drenar la retención de los líquidos en las hemorroides.

• Medicamentos: Analgésicos, como paracetamol o ibuprofeno, que temporalmente alivian el malestar.

Además, pueden prevenirlas cambiando tus hábitos y tu alimentación:

• Ingiere más fibra natural: frutas, verduras y cereales integrales.

• Toma abundantes líquidos.

• Evita el alcohol, café y picantes.

• No estés mucho tiempo sentado, levántate regularmente para evitar la presión excesiva y continua.