
Hay canciones que, siendo indudablemente clásicos atemporales de la música, acaban generando más odios que pasiones cuando se reproducen hasta la saciedad en radios o discotecas.
Esto se aplica también a los propios responsables de estos temas, quienes acaban despreciando abiertamente los sencillos que les catapultaron al estrellato.
Nirvana: Smells Like Teen Spirit
El propio Kurt Cobain renegaba de la canción más aclamada y popular de su grupo. Tras su lanzamiento en 1991, el sencillo se convirtió en todo un himno del movimiento 'grunge'. Pero, para el malogrado artista, no era más que una canción tediosa que le acabó produciendo hastío, hasta el punto de que le entraban ganas de tomar su guitarra y marcharse de la sala.
Oasis: Wonderwall
'Wonderwall' es la canción más icónica de Oasis, sin desmerecer a otros muchos temas de calidad. Pero lo cierto es que Liam Gallagher nunca fue un enamorado de este tema. De hecho, en una ocasión el vocalista aseguró que le entraban "arcadas" solo de escuchar sus primeros acordes.
Madonna: Like a Virgin
En los últimos tiempos no ha dudado en reivindicarlas como parte de su legado ochentero, pero a principios de la década de los 2000, cuando la reina del pop abrazaba un sonido tan electrónico e innovador como los contenidos en sus discos 'Ray of Light' y 'Music', su opinión de sus clásicos era muy diferente: "No creo que pueda volver a cantar Like a Virgin, Holiday o Material Girl". La verdad es que sí lo hizo, y muchas veces.
Lorde: Royals
La canción que puso en el mapa a la joven neozelandesa, que por esa época tenía solo 16 años, es uno de los temas más reproducidos de la música indie contemporánea, y ha sido versionado hasta la saciedad. Con la perspectiva que da el paso del tiempo, Lorde cree ahora que el sencillo es muy simplón y que su sonido está anticuado, aunque entiende por qué es tan pegadizo.
The Beatles: Let It Be
Fue la última canción que escribió Paul McCartney antes de abandonar los Beatles en 1970. A diferencia de los casos anteriores, el que odiaba el tema no era su autor, sino su compañero y entonces rival John Lennon. "No sé en qué estaba pensando Paul cuando la escribió", criticó.
Led Zeppelin: Stairway to Heaven
El single más radiado de la banda de rock es también una de las canciones más detestadas por Robert Plant, líder del grupo y autor de la letra. El músico entiende el valor cultural y generacional del tema, pero se alegra de no tener que interpretarlo en cada uno de sus conciertos.
Mandy Moore: Candy
Mandy Moore le tiene tanta manía a su tema estrella de la adolescencia, 'Candy', que llegó a ofrecer a los compradores de sus discos de la época un reembolso completo a fin de que los borraran de su memoria. A día de hoy, la actriz no se siente en absoluto identificada con su estilo musical más juvenil.
James Blunt: You're Beautiful
El tema fue uno de los más radiados y populares de 2004, un éxito que se mantuvo inalterable durante buena parte del año posterior. Pero como le ocurrió a una parte importante de la opinión pública, la canción acabó irritando profundamente al intérprete debido a la sobreexposición y a su carácter algo edulcorado.
Frank Sinatra: Strangers in the Night
Se trata del tema que elevó por primera vez al legendario 'crooner' al número uno de las listas de éxitos. Sin embargo, y como recordaría su viuda Barbara muchos años después, para Sinatra la canción no era más que "un pedazo de mier**".
Billy Joel: We Didn't Start The Fire
Billy Joel cometió un pequeño error al interpretar esta canción en medio de un concierto y, tras disculparse con el público, confesó abiertamente que 'We Didn't Start the Fire' tenía una de las peores melodías de toda su carrera.
Comments