Detrás de la máscara de Tiger Mask se encontraba el luchador Mitsuharu Misawa, quien saltó al ring para convertirse en uno de los gladiadores favoritos de Japón y el resto del mundo.
Pese a que cosechó una carrera como enmascarado en la década de los 80, el perder esta protección en 1990 no provocó que su fama disminuyera para los nipones, quienes se sentían dichosos de verlo acechar a sus presas en el encordado.
Durante su última temporada como profesional era considerado una leyenda viva que se negaba a retirarse, aunque tenía 46 años, una edad en la que muchos deportistas han culminado con sus carreras por las lesiones, el cansancio e incluso el haber cosechado grandes fortunas.
Su última batalla ocurrió el 13 de junio de 2009, cuando se enfrentaba a Bison Smith y Akitoshi Saito en el Hiroshima Green Arena, en en su natal Japón.
En ese momento, uno de sus rivales lo tomó por la espalda para ejecutar un suplex, una técnica relativamente sencilla y que se encuentra dentro de la lista de movimientos básicos.
Al caer, el cuerpo de la estrella dejó de moverse. Sin saber qué hacer, sus colegas se situaron alrededor de él mientras la gente trataba de darle ánimos para que despertara.
Los paramédicos en el lugar hicieron lo propio y comenzaron a hacerle masaje cardiopulmonar para hacerle recobrar el sentido durante varios minutos.
Sin embargo, el corazón de Mitsuharu nunca volvió a latir. Pese a que fue trasladado a un hospital por parte del personal médico, fue declarado sin vida al llegar a la clínica.
Los especialistas declararon que la causa del fallecimiento era una lesión en la médula espinal que había sido irreparable y había causado que el organismo del luchador dejara de funcionar prácticamente de manera inmediata.
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