A todos nos gusta disfrutar del sabor de un tomate fresco y jugoso. Nada sabe mejor que una hortaliza cultivada por nosotros mismos, por lo que siempre es conveniente aprovechar el jardín, huerto o incluso una buena maceta para poder cultivar tus propias frutas y verduras.
Sigue estos consejos y pasos para germinar semillas de tomate:
Para empezar, y como es lógico, necesitarás semillas de tomate. Puedes usar tomates del supermercado sin ningún problema, de la variedad que prefieras, aunque siempre tendrás muchos mejores resultados con tomates procedentes de cultivos orgánicos.
Lo siguiente será preparar el semillero o maceta recipiente. Las semillas de tomate se germinan con mucha más facilidad en un entorno controlado, por lo que es mejor hacerlo en interior, y más adelante, si es menester, trasplantarlas. Es necesario que el recipiente cuente con agujeros de drenaje: si no los tiene, házselos.
El sustrato es muy importante: lo ideal es preparar una mezcla con una parte de turba, otra parte de humus de lombriz y una tercera parte de fibra de coco. Añade después vermiculita y perlita a la mezcla y remuévela bien. Esto da lugar a un sustrato muy ligero, con un excelente drenaje y muy nutritivo, además de unas buenas propiedades de retención de humedad. Riega para aportarle humedad tras mezclarlo.
Al sembrar, puedes sacar las semillas del propio tomate con cuidado con una cucharilla o usar un método aún más natural y cortar el tomate en unas cuantas rodajas, dejando apartadas la más exterior de cada lado (¡no las tires!, están muy ricas) y sembrar, en lugar de las semillas, las propias rodajas del tomate con estas en su interior. En cualquiera de los dos casos, no siembres a mucha profundidad, ya que las pequeñas semillas de tomate lo tendrán difícil para alcanzar la superficie entonces; con triplicar el grosor de la propia semilla en sustrato es más que suficiente.
Tras sembrar, riega de nuevo con un pulverizador para que el agua no arrastre las semillas, y pon el semillero o maceta en un lugar cálido y a la sombra hasta que empiecen a salir las plántulas de tomates, momento en que deberás moverlo a una zona iluminada.
¿Y cuándo germinar las semillas de tomate? En interior puedes hacerlo durante todo el año si controlas la temperatura a la que las expones, pues las semillas y las plántulas no soportan temperaturas por debajo de los 15 ºC. Sin embargo, la mejor época para hacerlo es entre finales de invierno e inicios de primavera.
Cómo germinar semillas de tomate en servilleta
También es posible germinar las semillas de tomate en una simple servilleta de papel. A esto se le llama pre-germinado y consiste en hacer aparecer las primeras raíces antes siquiera de sembrar en semillero o maceta.
Prepara un papel absorbente y dóblalo por la mitad, dejando las semillas en su interior. Puedes dar dos o más capas, usando más papeles en lugar de uno.
Mételo en un recipiente o tupper.
Humedece el papel atomizando agua sobre él, con cuidado de que quede humedecido por completo, pero no chorreando agua: no debe gotear. Elimina el agua sobrante si la hay.
Mantén el recipiente en una zona a entre 16 ºC y 28 ºC y a oscuras. Es importante abrirlo una vez al día durante unos pocos minutos para que el aire se renueve y las semillas reciban oxígeno, además de para comprobar, levantando el papel con cuidado, que las semillas están bien y que no han aparecido hongos u otros problemas.
Cuánto tiempo tardan en germinar las semillas de tomate
Las semillas de tomate son de muy rápida germinación, aunque sus tiempos concretos dependen de la variedad y tipo concreto. Aún así, la mayoría de ellas crecerán en un tiempo de entre 1 y 2 semanas, haciéndolo algunas en aún menos.
Cuidados de las semillas de tomate germinadas
Una vez las plántulas han germinado, será necesario trasladarlas a una ubicación cálida y soleada, aunque si el sol es intenso es mejor optar por luz abundante pero indirecta. Mantén el sustrato ligeramente húmedo y aléjalas de fuentes de frío o calor excesivamente cercanas.
Si las has pre-germinado, una vez tengan sus pequeñas raíces blancas deberás trasladarlas a sustrato, colocándolas con mucho cuidado con las raíces bajo tierra y el resto de la planta en la superficie. Además, ten en cuenta que si has usado la mezcla de sustrato que hemos recomendado, no necesitarán fertilizante por el momento.
Cómo plantar los tomates en maceta y suelo
Cuando las plántulas tengan al menos unos 12 cm de altura, puedes trasplantarlas a su ubicación definitiva en maceta o suelo. Ten esto en cuenta los siguientes consejos para plantar los tomates en maceta y suelo:
La maceta debe tener un volumen de entre 15 y 20 litros a menos que sean variedades pequeñas.
Usa un sustrato rico en nutrientes como nuestra mezcla recomendada.
En suelo, busca una zona con un buen drenaje y apórtale materia orgánica.
Airea la tierra para soltarla.
Usa fertilizante, a ser posible orgánico, en ambos casos.
Cuidados de los tomates
Para terminar te indicamos algunos de los cuidados de las plantas de tomate:
Riego: abundante y frecuente, pero sin encharcar.
Sol: abundante, directo una vez la planta crece.
Clima: de 15 o 28 ºC.
Poda: cuando empiecen a aparecer brotes axilares, si la variedad los produce. Conoce Cómo podar tomates entrando aquí.
Abonado: regular cada 15 días.
Entutorado: necesario para que los frutos no estén en el suelo.
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