Uno de los problemas más comunes entre las parejas son las peleas a causa del trabajo, ya sea porque no es el de sus sueños, porque el salario no es el suficiente e incluso por un ambiente tóxico entre los jefes y los compañeros.
Al llegar a casa lo que se espera es compartir con alguien la frustración que situaciones como estas pueden causar; sin embargo, vivir momentos así en repetidas ocasiones puede causar hartazgo y molestia en quien escucha, desatando así la incomodidad en ambos.
Historias como estas son más comunes de lo que parece y esta mujer tiene el ejemplo perfecto, pues afirma estar "cansada de mi esposo, que siempre está cansado de su trabajo". Y es que más allá de tratar de escucharlo con paciencia, la frustración por no saber cómo apoyarlo la ha alcanzado, pues según afirma, no ha existido ni un sólo empleo que su pareja haya disfrutado.
"Mi esposo está muy frustrado con su trabajo. No puedo recordar un momento en el que le haya gustado, o que haya sido neutral al respecto, cualquiera de los trabajos que tuvo durante nuestro matrimonio o incluso cuando estábamos saliendo", recuerda como su última esperanza de pedir ayuda antes de que los problemas alcancen su relación.
De acuerdo con lo que detalló, "estoy cansada de las quejas", pues aunque reconoce que los trabajos no siempre pueden ser como uno los sueña y que incluso a veces los jefes hacen complicado el disfrutar ir a trabajar, hay que aprender sobrellevarlo; sin embargo, en el caso de su esposo la historia es totalmente diferente y ya no sabe de qué manera ayudarlo. "He tratado de ofrecer ideas constructivas, pero me ha desestimado".
Aunque escenarios como este se repiten con mucha frecuencia en los matrimonios, no significa que quien escucha -normalmente las mujeres- no sientan simpatía por sus esposos, sino más bien comienzan a ser una señal de ya no saber cómo apoyarlos. "¿Se supone que debo sentir pena por él por el resto del tiempo?", es una de las preguntas que esta mujer no deja de repetirse y en ese sentido destaca que aunque sus quejas son válidas, la situación comienza a ser parecida a la historia del pastor que gritaba "lobo" como una broma para alertar a todos y que cuando fue verdad, nadie le creyó. "Todas las otras veces en las que tuve que fingir simpatía acabaron por agotar mis reservas de empatía", destacó.
Y tras no saber qué hacer o cómo actuar con su esposo, se acercó a un foro para pedir algún consejo en el que pueda evitar algún conflicto o más estrés en su pareja. En ese sentido, se le brindaron -a ella y a otras esposas que pasan por una situación similar- los mejores consejos para siempre mostrarle a la otra persona confianza y, sobre todo, que pueda ser capaz de reflexionar desde otra perspectiva. A continuación te presentamos algunos de los comentarios con los que se puede iniciar esta incómoda conversación.
El primer paso es que cuando los momentos de queja vengan, se debe mantener la firmeza y amabilidad para responder. Un ejemplo es que si el esposo explica qué es lo que va mal en el trabajo, su esposa puede iniciar con un: "No puedo recordar un momento en el que te haya gustado, o incluso hayas sido neutral, sobre un trabajo. ¿Puedes pensar en un momento en el que estuviste en paz?" Incluso, se puede se más directa y cuestionar con un "¿puedes señalar un momento en el que sentiste que encajabas?"
Tras hacerle ver que su punto de vista no es el único que existe hay dos caminos, el primero es que se ponga a la defensiva y el segundo, que se tome un tiempo para reflexionar. Asimismo, se pueden hacer otros comentarios que ayuden a la persona a volver a ganar esa confianza y dejarle en claro que no se le está invalidando.
"Si se resiste o se pone a la defensiva (nuevamente, no sin amabilidad): “No estoy diciendo que tus quejas no sean válidas. Pero los trabajos no son divertidos todo el tiempo y, a veces, los jefes apestan. Así que no sé cómo ayudar”, se lee en el foro.
Con situaciones como las anteriores es inevitable que una conversación incómoda, pero necesaria, inicie entre la pareja y una excelente forma de continuarlo según los consejos es dejar que la víctima se exprese sobre lo que ha hecho bien y mal en sus antiguos trabajos o si de plano los "odia", ya que dependiendo de estas respuestas se les puede dar un mejor consejo, coincidir o estar en desacuerdo con ellos, pero siempre dejándolo en claro.
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