Si hay una fecha relacionada estrechamente con la familia, es, sin duda la Navidad; y es que esta fiesta es capaz de reunir a seres queridos a pesar de la distancia, al menos unos días al año. Y aunque anuncios de televisión muestran cenas con rostros felices, la realidad es que no todas las familias son iguales.
Y aunque esta temporada puede ser una oportunidad de conectar y divertirte con tíos o primos que hace mucho no veías, algunos pasan noches llenas de presión debido a familiares tóxicos que no dejan prevalecer la paz, armonía o el amor.
Todos tenemos uno. Desde los primos que se pelean por los terrenos y la herencia de los abuelos, o los tíos que no paran de preguntarte por el novio o novia en la cena; por ello, aquí te dejamos algunos consejos para sobrevivir la Navidad a pesar de los familiares tóxicos.
¿Familiares incómodos?
De acuerdo con expertos de la Universidad de Berkeley, en California, es completamente normal no llevarse bien con algunos miembros de tu familia, pues aunque compartan lazos sanguíneos o legales, siguen siendo personas únicas y diferentes que pueden o no pensar e incluso actuar igual que tú.
Sin embargo, cuando se rompen los límites de la cordialidad, respeto o paciencia, es cuando se complican las cosas dentro del núcleo familiar; según los expertos, estas son algunas de las señales de que hay no hay una buena relación dentro de una familia:
Hay violencia física, verbal, emocional o mental
Se critican o echan la culpa entre miembros
Intentan manipularse y controlarse unos a otros
Existe un sentimiento de competencia
Uno o más pueden sentirse deprimidos o ansiosos juntos
Cómo evitar situaciones incómodas en Navidad
Si lo único que quieres es disfrutar una de una buena cena y evitar generar o ser parte de un ambiente tóxico familiar esta Navidad, los expertos del Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia recomiendan lo siguiente:
Tienes derecho a guardar silencio: Si uno de tus tíos no deja de preguntarte por la novia o el novio, recuerda que tienes derecho a no hablar de lo que no quieres; di algo como ‘no tengo ganas de hablar sobre eso’, pero siempre con respeto y amabilidad.
No toquen temas sensibles: Si sabes que los terrenos de la abuela o las creencias políticas y religiosas causan controversia en tu familia, no saques plática sobre ellos.
Cuida tus emociones: Cuando nos enfrascamos en una discusión, es fácil perder la cabeza y decir cosas que pueden herir a nuestros seres queridos; intenta respirar y contar hasta tres antes de contestar.
Sé empático: Intenta ponerte en el lugar del otro y tener presente su historia o condición de vida; sé respetuoso y no insultes.
No te quedes allí: Si de plano te sientes muy incómodo, es mejor irte del lugar; tampoco se trata de sufrir por sufrir.
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